VIENRES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2021

DE DIOS PARA TI, HOY

“Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” (Mateo16:17) El apóstol Pedro aprendió la diferencia entre conocer una declaración y tener la revelación directa del Padre. El conocimiento se queda en la mente; la revelación va al espíritu y sabemos que es Dios quien nos habla. Largo y lleno de escollos sería el camino que recorrería Pedro antes de ocupar su lugar en lo que sería la Iglesia de Jesucristo; pero como también para nosotros, ni nuestras propias debilidades apagan lo que Dios nos dio. Pidámosle al Señor que su revelación nunca nos falte; entonces, como Pedro, seremos bienaventurados. (Gina Sánchez)